ATUENDO
TERESA P.MIRA DE ECHEVERRIA
Las últimas noches estaba reviviéndolo todo demasiado detalladamente como para olvidarlo durante el día, y los pocos minutos que podía permanecer en la cama con esas vívidas imágenes, sonidos y olores en mi cabeza eran suficientes como para volverme loco.
Ahí estábamos otra vez en esa isla infecta. Una vez más al rescate de Kairn y Cala.
De nuevo entrábamos a carga completa Brent, aquel muchachito rubio cuyo nombre jamás recordaré, y yo. Barríamos con todo a nuestro paso, liberábamos a aquellos rehenes y, en un revés de estrategia, acabábamos dentro de un galpón del presidio, sitiados.
Nuevamente hallábamos a Cala tirada en el suelo, cubierta apenas con una camisa rota, la cara convertida en un mapa de golpes, el ojo izquierdo absolutamente invisible bajo un párpado tumefacto y globoso, y aquellas palabras que siempre quise olvidar ¾que todos quisimos olvidar¾ en su boca…
(...)
Para leer el cuento completo: Revista PROXIMA nro.9 - pag 69
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