SINGULARIDADES
JORGE KORZAN
El término Singularidad Tecnológica, o Singularidad a secas, se hizo conocido en la ciencia ficción de la mano de Vernor Vinge en el año 1984. De entonces a hoy, su difusión ha crecido y su definición ampliado, siendo referencia no solo para autores y lectores de CF, sino para corrientes filosóficas como el Futurismo y Transhumanismo.
Todavía son grupos minoritarios, pero esto parece a punto de cambiar.
Otros autores propagan el concepto hacia el gran público, para quien lo tecnológico hoy es la gran moda. Puede pensarse que el entorno general está casi preparado para que el tema se popularice. Para los fans de
Pero ¿a qué se refieren en concreto con Singularidad? ¿En qué nos puede afectar? ¿Es algo para el futuro o nos tocará a nosotros? ¿Es una o son varias?
En matemáticas, groseramente hablando, tenemos una singularidad cuando una función converge hacia valores infinitos, como es el caso de las funciones exponenciales o hiperbólicas. Para los físicos que estudian los agujeros negros, una singularidad gravitacional es un punto o estado donde las funciones matemáticas que lo describen también tienden a infinito, al grado en que no se puede determinar ni predecir su estado a futuro, porque las propias reglas y leyes de la física dejan de ser válidas.
Para Vernor Vinge, lo que conocemos como desarrollo tecnológico sigue una curva de tipo exponencial. En particular si observamos al desarrollo de la electrónica, la computación y las tecnologías de manejo de información. Cada uno de estos campos influye sobre el otro de forma tal que su desarrollo se realimenta, con lo que el ritmo de crecimiento aumenta y esto se manifiesta con más pendiente en la curva: la proyección tiende a infinito.
Además, como estamos hablando de tecnología, que es algo que afecta cada actividad de la vida y cultura humanas de maneras que no solo las potencian sino que también las modifican, imaginar una “tecnología infinita” implica una indeterminación. No se puede definir ese estado y mucho menos lo que vendrá después. Por esta razón, en analogía con los casos de matemática y física dados más arriba, a este punto o momento se lo conoce como Singularidad Tecnológica.
Raymond Kurzweil profundiza más en esta idea y señala que los incrementos de desarrollo tecnológico pueden considerarse como incremento de la inteligencia. Cada día incrementamos nuestra información, cada día la procesamos más velozmente, cada día la hacemos circular más. Todos esos procesos influyen y disparan desarrollos que antes eran impensados, desarrollos que magnifican y potencian a su vez todo el proceso, pero por sobre todo lo aceleran.
(...)
Para leer el artículo completo: Revista PROXIMA nro.9 - pag 45